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Fragmentos de libros. LA EVITABLE ASCENSIÓN DE ARTURO UI de Bertolt Brecht  Fragmentos II:

Acceso/Volver a los FRAGMENTOS I de este libro: Paves7 ArturoUi90
Continúa...     (Se muestra alguna información de las imágenes al sobreponer el ratón sobre ellas)
Cuadro cronológico que relaciona los hechos históricos con cada escena, al final de los fragmentos.
 
... ROMA a Ragg
¡No os peleéis! ¡Ted, cuéntanos algo del préstamo
Del Trust de la Coliflor!
RAGG
PortadaColiflor2¿Y a vosotros qué os importa?
¿Vendéis ahora coliflor? ¡Ah ya sé! Seguro que queréis
También un préstamo de la ciudad. ¡Hablad con
Dogsborough!
El viejo os lo conseguirá. Imitando al viejo: «¿Debe sucumbir un sector comercial?
Básicamente sano, aunque pasajeramente
Amenazado por la crisis?» Todos los ojos
Se humedecen en el Ayuntamiento. Todos se identifican
con la coliflor, como su fuera carne de su carne.
¡Pero, ay, con la pistola nadie se identifica, Arturo!

 

Los otros clientes ríen
 
ROMA
No lo irrites, Ted, no está de buen humor
RAGG
Me lo puedo imaginar. Dicen que Givolà ha ido ya
A ver a Al Capone para pedirle trabajo.
DOCKDAISY, muy borracha.
¡A Giuseppe no lo metas!
RAGG
¡Dockdaisy!
¿Sigues siendo vicesposa del cojitranco Givolà?
La presenta:
¡La cuarta vicesposa del tercer viceayudante
De una estrella –señala a Ui- de segunda magnitud
Qué rápidamente declina! ¡Ay triste suerte!
DOCKDAISY.
¡Tapadle la bocaza!
RAGG
¡La posteridad no teje guirnaldas a los gángsteres!
El pueblo, inconstante, busca
Nuevos héroes. Y el héroe de ayer no
Se hunde en el olvido. Su orden de detención amarillea
En archivos polvorientos. «Acaso no fui yo quien os
Hizo esas heridas» -«¿Cuándo?» -«Hace tiempo!»
-«¡Ah, las heridas-
Son ya cicatrices!» -¡Y hasta la cicatriz más hermosa
Desaparece con quien la lleva!-
«Entonces, en un mundo en que las buenas obras
Tan desapercibidas pasan, ¿no queda siquiera
De las malas testimonio? -«¡No!»- «¡Mundo corrupto!»
UI, ruge
¡Cerradle la bocaza!
 
Los guardaespaldas se aproximan a Ragg.
RAGG, palideciendo:
¡Eh! ¡Nada de voces destempladas con la prensa, Ui!
 
Los clientes se han puesto de pié alarmados.
 
ROMA, empujando a Ragg hacia fuera:
Vete a casa, Ted,
Ya has dicho bastante ¡Deprisa!
 
  _  
  

De 6 (p57)

Hotel Mamouth. Suite de Ui. Dos guardaespaldas, entran con un actor harapiento. Al fondo, Givolà.

PRIMER GUARDAESPALDAS. Es el actor, jefe. Va desarmado.
SEGUNDO GUARDAESPALDAS. No tendría pasta para comprar una pistola. Está un poco trompa porque en la taberna le hacen recitar cuando todos están borrachos. Pero al parecer es bueno. Del género clásico.
UI. Escuche: me han dado a entender que mi pronunciación deja un tanto que desear. Y cómo será inevitable que en algunas ocasiones tenga que decir palabras, sobre todo si esto toma un cariz político, quisiera recibir lecciones. También de gesticulación.
EL ACTOR. Si, señor.
UI. ¡El espejo!
Un guardaespaldas lleva hacia delante un gran espejo.
UI. Primero andar. ¿Cómo se anda en el teatro o en la ópera? 
HitlerPayasoEL ACTOR. Le comprendo. Quiere decir a lo grande: Julio César, Hamlet, Romeo, los dramas de Shakespeare.
Señor Ui, ha encontrado usted a su hombre. El viejo Mahoney le puede enseñar en diez minutos como se interpreta al estilo clásico. Ah, señores, tiene ustedes delante un trágico destino. Mi ruina ha sido Shakespeare, hoy estaría actuando en Broadway. La tragedia de un personaje. «¡No interprete a Shakespeare que esto es Ibsen, Mahoney! ¡Mire el calendario! ¡Estamos en 1912, amigo!» - «¡El arte no entiende de calendarios, amigo!», decia yo. «Lo mío es el Arte» ¡Ay!
GIVOLÀ. Me parece que no es el hombre adecuado, Jefe. Esta pasado de moda.
UI. Ya veremos. Ande un poco como se anda en Shakespeare.

El actor va de un lado a otro.

     ¡Bien!
GIVOLÀ¡No puedes andar así delante de los de la coliflor! ¡Es muy poco natural!
UI. ¿Qué quiere decir poco natural? Nadie es hoy natural. Cuando ande, quiero que noten que ando.

Imita la forma de andar del actor.

EL ACTOR. La cabeza atrás. Ui echa la cabeza atrás..
El pie debe tocar el suelo primero con la punta. Ui toca el suelo primero con la punta del pie. Bien. Estupendo. Tiene una disposición natural. Solo los brazos quizá… Demasiado rígidos. Espere. Lo mejor será que los cruce delante de sus partes pudendas. Ui, al andar, cruza las manos ante sus partes pudendas. No está mal. Desenvuelto y sin embargo firme. Pero la cabeza atrás. Eso es. Creo que esa forma de andar es la adecuada para sus fines, Señor Ui. ¿Qué más desea?
UI. Aprender a estar de pie. Delante de la gente.
GIVOLÀPonte detrás dos tipos bien plantados y estarás magnífico.
UI. Qué tontería. Quiero que, cuando esté de pie, me miren a mi y no a los tipos que están detrás. ¡Corríjame!

Imita una pose, con los brazos cruzados sobre el pecho.

EL ACTOR. Quizá. Pero es vulgar. No querrá parecer un peluquero, señor Ui.
Cruce así los brazos Ui cruza los brazos de forma que se vea el dorso de las manos, que descansan en los antebrazos. Un pequeño detalle, pero la diferencia es enorme. Véalo en el espejo, señor Ui.
Ui ensaya la nueva posición de brazos ante el espejo.
UI. Bien.
GIVOLÀ. ¿Para que haces todo eso? Solo para los distinguidos señores del Trust?
UI. Claro que no. Evidentemente, Es para la gente sencilla. ¿Para quién crees que, por ejemplo, ese Clark del Trust anda de una forma tan pomposa? Desde luego no para sus socios. Para eso le basta su cuenta bancaria, los mismo que para determinados fines, unos chicos fuertes hacen que se me respete. ¡Clark anda pomposamente solo para la gente sencilla!
Y eso haré yo.
GIVOLÀ. Pero podrían decir que no es aunténtico. Ha gente que para esas cosas es muy rara.
UI. Evidentemente que la hay,
Pero no se trata de lo que piense un profesor o algún otro superlisto, sino de cómo se imagina el hombre sencillo a su señor.
Con eso basta.
GIVOLÀ. Pero, ¿Para qué quieres demostrar que eres el señor?
      ¿Por qué no unas honradas mangas de camisa y una mirada franca, jefe?
UI. Para eso tengo al viejo Dogsborough.
GIVOLÀEstá un poco deteriorado, me parece.
Es verdad que aún figura en el inventario como valiosa pieza antigua, pero no se enseña de buena gana, quizá no sea auténtica. Los mismo pasa con la Biblia familiar, que no se abre desde que, entre amigos, hojeando en ella emocionados, encontraron una chiche seca entre sus página venerables y amarillas. Pero, eso sí, para la Coliflor él sigue siendo bueno todavía.
UI. Quien es o no es respetable lo decido yo.
GIVOLÀ. Está claro, jefe. ¡No tengo nada contra Dogsborough!
Se le puede utilizar. Ni en el Ayuntamiento lo han dejado caer, por miedo a hacer demasiado ruido.
UI. Ahora, cómo estar sentado.
EL ACTOR. Quizá. Cómo estar sentado. Quizá sea lo más difícil, señor Ui.
Hay gente que sabe andar; la hay que sabe estar de pie; pero ¿dónde encontrar gente que sepa estar sentada? Siéntese en una silla con brazos, señor Ui. Pero no se apoye. Las manos sobre los muslos, paralelas al vientre, los codos separados del cuerpo. ¿Cuánto tiempo puede permanecer así, señor Ui?
UI. Todo el que quiera. 
EL ACTOR. Entonces perfecto, señor Ui.
GIVOLÀQuizás harías bien en dejar, jefe, la herencia de Dogsborough a Giri.
Sabe ser popular… hasta sin pueblo. Sabe hacerse el gracioso y reir tan fuerte que se desprenden del techo las molduras, si hace falta. Y si no hace falta, también, como cuando tú dices que eres hijo del Bronx –y lo eres de verdad-, y hablas de aquellos siete muchachos resueltos…
UI. Ya. ¿Y él se ríe?
GIVOLÀ. Hasta que se desprenden del techo las molduras.
Pero no se lo digas, porque volverá a decir que no puedo soportarlo. Quítale mejor esa manía de coleccionar sombreros.
UI. ¿Qué sombreros?
GIVOLÀ. Los de la gente que liquida. Y se pasea con ellos en público. Resulta repugnante.
UI. Yo no pongo bozal al perro que me caza. Y paso por alto los defectillos de mis colaboradores.

Al actor.

¡Y ahora a hablar! ¡Recite algo!
EL ACTOR. Shakespeare. Nada más. César. El héroe clásico. Saca un librito del bolsillo.
¿Qué le parece el discurso de Antonio? Junto al féretro de César. Contra Bruto. El jefe de los asesinos. Un modelo de oratoria.
MarcoAntonio MBrando ¡Oíd ciudadanos, amigos, romanos!
César ha muerto. Y a sepultar a César,
No a alabarlo, he venido. ¡Ciudadanos!
El mal que un hombre hace sobrevive;
El bien, con él se entierra casi siempre…

… La corona real ofrecí yo a César.
Por tres veces no quiso. ¿fue un tirano?
¿No? Bruto dice que era un tirano
Y Bruto es un hombre honorable.
No he de contradecir ahora a Bruto
Pero he de decir lo que sé.
Todos amasteis a César un día
¿Qué puede impediros ahora llorarlo?

Durante los últimos versos cae lentamente el telón.
   _  

De 7 (p63)

Sede del Trust de la Coliflor. Arturo Ui, Roma, Guiseppe Givolà, Emanuele Giri y los guardaespaldas. Un grupo de verduleros minoristas escucha a Ui. En el estrado, junto a Ui, el viejo Dogsborough, enfermo. Al fondo, Clark.

UI, rugiendo:
¡Crímenes! ¡Chantajes! ¡Matanzas! ¡Robos!
¡Se anda a tiros por las calles! ¡Hombres
Que se dirigen a su trabajo, pacíficos ciudadanos
Que van al Ayuntamiento a testimoniar
Asesinados en pleno día! ¿Y que hace
El ayuntamiento, pregunto yo? ¡Nada!
Seguramente esos hombres honorables
Tiene que planear sus turbios negocios
Y denigrar a hombres honrados
En lugar de intervenir.
GIVOLÀ¡Oíd!
 UnaEscena Comédie Française Paris
UI:
        En resumen, reina el caos
Porque si cualquiera puede hacer lo que quiera
Y todo lo que le dicta su egoísmo,
Eso significa que todos luchan contra todos
Y con ello reina el caos. Si yo, pacíficamente,
Administro mi negocio de verduras o, digamos,
Conduzco mi camión de coliflores o,
Qué se yo, y otro, no tan pacífico,
Irrumpe en mi tienda, con un «¡Manos arriba!»
O me revienta a balazos los neumáticos,
¡Nunca podrá haber paz! Pero si yo
Sé muy bien que los hombres son así
y no mansos corderos, he de hacer algo
Para que no me destrocen el negocio
Y tenga que andar alzando las manos a cada paso..
  _  
… ¿Cómo?, os oigo decir ya ¿hemos de sacrificarnos?
¿Pagar dinero por seguridad, deducir para protección
Un treinta por ciento por una protección? ¡No, no es eso lo que haremos!
¡Apreciamos demasiado nuestro dinero!» Si se pudiera
Tener protección gratis, con mucho gusto!
Pero, mis queridos verduleros, las cosas
No son tan sencillas. De balde es sólo la muerte.
Todo lo demás cuesta. la protección también cuesta.
¡Y la tranquilidad!, la seguridad y la paz!
Así es la vida! Y por eso mismo, porque
Es así y nunca ha de cambia
Yo y algunos hombres que aquí veis
- Y otros que están ahí fuera- decidimos
Brindaros nuestra protección.
Givolà y Roma aplauden.
Pero para que veáis
que todo se hará sobre una base comercial,
Ha venido a vernos el señor Clark que todos lo conocéis.

Roma hace avanzar a Clark

 
GIVOLÀ.
Señor Clark, en nombre de la asamblea
Le doy la bienvenida. Que el Trust de la Coliflor
Haya decidido apoyar las ideas de Arturo Ui
Es realmente un honor. ¡Gracias, señor Clark!
Zebrowski Leszek PósterCLARK.
Los del Trust de la Coliflor, señoras y señores,
Vemos con alarma qué difícil resulta
vender nuestra verdura «Demasiado cara».
Oigo decir, Sin embargo, ¿por qué es cara?
Porque nuestros embaladores y nuestros cargadores y conductores,
Incitados por elementos subversivos, cada día
Piden más. Poner orden en todo ello
Es lo que quieren el señor Ui y sus amigos.
COMERCIANTE PRIMERO.
Pero si la gente humilde recibe cada vez
Menos, ¿quién comprará la verdura?
UI.
Esa pregunta
Es acertada. Y mi respuesta es
Que en el mundo de hoy, se quiera o no,
No es posible prescindir ya
Del Obrero, aunque sea como cliente.
Siempre he insistido en que el trabajo honrado
No es humillante, sino rentable y constructivo.
Y por ello es necesario. El obrero, uno por uno,
Goza de toda mi simpatía. Solo cuando
Se amotina y aún se atreve
A intervenir en los que no comprende
En cómo obtener ganancias y demás
Le digo: alto ahí, hermano, que eso no es así.
Eres un trabajador, luego trabajas.
Si estás en huelga y no trabajas.
Ya no eres un trabajador, sino un tipo
Peligroso, y entonces intervengo yo.
Clark aplaude.
Pero para que veáis que, honradamente,
Todo se hará de buena fe, se siente entre nosotros
Un hombre que, para todos, puedo decir muy bien,
Es ejemplo de honradez acrisolada
E incorruptible oral. Me refiero
Al señor Dogsborough.
Los verduleros aplauden algo más fuerte.
 
  _  
… Como su amigo, casi podría decir como su hijo,
Es algo que no podré olvidar.
 HindenburgYHitlerCoge la mano de Dogsborough, que cuelga fláccida y la aprieta.
GIVOLÀ.
¡Momento conmovedor! ¡Son padre e hijo!
GIRI, se adelanta:
¡Compañeros, el jefe nos ha hablado de corazón!
En vuestra cara veo que tenéis preguntas.
¡Pues venga! ¡Sin recelo! Que no nos comemos
A nadie, si no se nos hostiga. Las cosas son como son
No soy amigo de hablar mucho ni especialmente
De toda esa crítica esteril que
No deja títere con cabeza y, llena de peros
Y, sin embargos, no conduce a parte alguna
En cambio las propuestas sanas, constructivas
Sobre la forma en que se puede hacer todo
Lo que hay que hacer, las escuchamos siempre con agrado.
¡Vamos allá!
Los verduleros no se mueven.
GIVOLÀ, untuoso:
¡No nos dejéis
Fuera a nosotros! Creo que me conocéis.
Y conocéis mi negocio de flores.
UN GUARDAESPALDAS
¡Viva Givolà!
Karjyera artura ui 1996GIVOLÀ.
Entonces, ¿preferís la protección, o las matanzas, crímenes robos y chantajes? ¿Diente por diente?
COMERCIANTE PRIMERO..
Todo ha estado tranquilo en los últimos tiempos.
En mi tienda no ha habido jaleo.
COMERCIANTE SEGUNDO.
En la mía tampoco.
COMERCIANTE TERCERO.
Ni tampoco en la mía.
GIVOLÀ.
¡Es raro!
COMERCIANTE SEGUNDO.
Se dice que, recientemente,
Ha ocurrido algo de lo que el señor Ui ha dicho
En el sector de los bares, en donde rompieron
Vasos y derramaron por el suelo el alcohol
Por no querer pagar protección, pero a Dios gracias
El negocio de verdura está tranquilo.
ROMA.
¿Y el asesinato de Sheet? ¿Y la muerte de Bowl?
¿Os parece eso tranquilo?
COMERCIANTE SEGUNDO.
¿Tiene algo que ver con la Coliflor, señor Roma?
ROMA.
No, ¡un momento!
Roma se dirige a Arturo Ui, que, tras su largo discurso, se sienta ahora agotado e indiferente. Después de unas palabras, hace una señal a Giri para que se acerque. Givolà participa en una conversación apresurada y en susurros. Luego Giri hace una señal a un guardaespaldas y sale con él rápidamente.
ROMA.
¡Respetable asamblea! Según acabo de saber,
Una pobre mujer suplica al señor Ui
Que le permita expresarle su agradecimiento
Ante esta congregación...
   _  
 
… Atraviesa la sala Giri, con el sombrero de Bowl puesto, seguido de algunos gángsteres que llevan grandes latas de petróleo. Se abre paso hasta la salida.
UI.
Señora Bowl mi más sentido pésame. Esa furia
Infame y despiadada debe cesar, pues de otro modo…,
al ver que los comerciantes empiezan a irse:
GIVOLÀ, al ver que los comerciantes empiezan a irse:
¡Todavía no ha acabado la reunión! Ahora
Nuestro amigo James Greenwoold va a cantar,
En memoria de ese pobre Bowl, y luego
Haremos una colecta para su pobre viuda,
Greenwool es barítono.
Uno de los guardaespaldas se adelanta y canta una canción sentimental en la que la palabra «hogar»se repite con frecuencia. Durante la interpretación, los gángsteres permanecen sentados, disfrutando de la música, con la cabeza apoyada en las manos o echados hacia atrás con los ojos cerrados, etc. Los escasos aplausos que se producen al acabar son interrumpidos por los silbatos de la policía y las sirenas de los bomberos. Un ventanal del fondo enrojece..
TheResistibleRiseOfUi 
ROMA.
¡Fuego en los muelles!
UNA VOZ.
¿Dónde?
UN GUARDAESPALDAS, entrando:
¿Hay aquí un verdulero que llamado Hook?
COMERCIANTE SEGUNDO.
¡Sí! ¿Qué pasa?
EL GUARDAESPALDAS.
Se le está quemando el almacén.
Hook se precipita hacia la salida. Algunos lo siguen. Otros miran por la ventana.
ROMA.
¡Alto! ¡Que nadie deje la sala! Al guardaespaldas: ¿Es provocado?
EL GUARDAESPALDAS.
Han encontrado latas de petróleo, jefe.
COMERCIANTE TERCERO.
¡Han pasado con latas por aquí!
ROMA, furioso:
¿Con que
Dice que ha pasado por aquí? ¿Con latas?
PortadaColiflorOTRO GUARDAESPALDAS, a otro comerciante:
¿Has visto tú alguna lata? -¿Y tú?
LOS COMERCIANTES.
Yo no. –Yo tampoco.
ROMA.
¡Eso espero!
GIVOLÀ, rápidamente:
Ese mismo hombre.
Que hace un momento no decía
Qué tranquilo era el comercio de la coliflor,
¡Ve ahora como arde su almacén que una mano perversa
Ha convertido en cenizas!
¿Es que estáis ciegos? ¡Uníos ahora! ¡Inmediatamente!
UI.
Muy lejos se ha llegado. ¡Primero asesinatos,
luego incendios! Bueno ‘creo que todos
Lo habréis entendido ahora! ¡Esto os amenaza a todos!
 
   _  

De 7 (p63)

AnuncioAleman1Proceso por el incendio de los almacenes. Periodistas. El juez. El fiscal. El defensor. El joven Dogsborough. Giri. Givolà. Dockdaisy. Guardaespaldas. Verduleros. El acusado Fish.

 

A.

Delante del asiento de los testigos está Emanuel Giri, señalando al acusado Fish, que se siente completamente apático.

GIRI, gritando:
¡Este es el hombre que, con mano infame
Provocó el incendio! Apretaba aún
La lata de petróleo cuando lo detuve.
¡Levántate cuando te hablo! ¡Levántate!

Ponen de pie a Fish, que se tambalea.

EL JUEZ.
       Acusado, guarde compostura. Está usted ante un tribunal.
       Se le acusa de incendio premeditado. ¡Piense en todo lo que está en juego!
FISH, balbucea: 
       Arlarlarl.
EL JUEZ.
¿Dónde consiguió las latas de petróleo?
FISH.
Arlarlarl.

A una señal del juez, un médico muy elegante, de aspecto siniestro, se inclina sobre Fish, cambiando luego una mirada con Giri.

EL MÉDICO.
Está simulando.
EL DEFENSOR.
La defensa solicita el dictamen de otro médico.
EL JUEZ, sonriendo:
Denegado.
EL DEFENSOR.
Señor Giri ¿qué hacía usted en el lugar de autos, cuando se produjo el fuego en el almacén del señor Hook que redujo a cenizas veintidós casas?
GIRI.
Estaba dando un paseo para hacer la digestión.

Algunos guardaespaldas se ríen. Giri se ríe también.

EL DEFENSOR.
¿Sabe usted señor Giri, que el acusado Fish es un obrero sin trabajo, que un día antes del incendio llegó a pie a Chicago, en donde nunca había estado antes?
GIRI.
¿Y qué?
EL DEFENSOR.
¿Es XXXXXX la matrícula de su coche?
GIRI.
Sí.
EL DEFENSOR.
¿Estaba ese coche cuatro horas antes del incendio delante del restaurante de Dogsborough de la calle 87, y fue sacado el acusado Fish de ese restaurante en estado de inconsciencia?
GIRI.
¿Cómo voy a saberlo? Estuve todo el día paseando por Cícero, donde encontré a cincuenta y dos personas que pueden jurar que me vieron.

Los guardaespaldas se ríen.

EL DEFENSOR.
¿No acaba de decir que estaba en Chicago en las proximidades de los muelles, dando un paseo para hacer la digestión?
GIRI.
¿Tiene algo que objetar a que coma en Cícero y haga la digestión en Chicago?.
Risas fuertes y prolongadas a las que se suma el juez.
Oscuridad. Un órgano toca la marcha fúnebre, de Chopin, con ritmo de baile.

MarchaFúnebre
B.

Al volver la luz, el verdulero Hook está en el asiento de los testigos.

EL DEFENSOR.
¿Ha tenido alguna vez alguna discusión con el acusado, señor Hook? ¿Lo había visto antes?
HOOK.
Nunca.
EL DEFENSOR.
¿Había visto al señor Giri?
HOOK.
Sí, en la sede del Trust de la Coliflor, el día del incendio de mi almacén.
EL DEFENSOR.
¿Antes del incendio?
HOOK.
Inmediatamente antes. Atravesó el local con cuatro hombre que llevaban latas de petróleo.
Agitación en el banco de la prensa y entre los guardaespaldas.
 
EL JUEZ.
¡Silencio los periodistas!
EL DEFENSOR.
¿Con qué terrenos linda su almacén, señor Hook?
HOOK.
Con los de la antigua naviera Sheet. Mi almacén se comunica por un pasaje con el patio de la naviera.
EL DEFENSOR.
¿Sabe usted, señor Hook, que el señor Giri vivía en la antigua naviera Sheet y, por lo tanto, tenía acceso a esos terrenos?
HOOK.
Sí, como administrador del depósito.
Gran agitación en el banco de la prensa. Los guardaespaldas abuchean y adoptan una actitud amenazadora hacia Hook, el defensor y los periodistas. El joven Sogsborough se acerca presuroso al juez y le dice algo al oído.
EL JUEZ.
¡Silencio! Se suspende la vista por indisposición del acusado.
Oscuridad. El órgano vuelve a tocar la marcha fúnebre de Chopin como música de baile.

LaEvAsArturoUI PeruCom
C.

Al volver la luz, Hook se encuentra en el asiento de los testigos. Está destrozado, tiene un bastón al lado y vendas en la cabeza y en los ojos.

EL FISCAL.
¿No ve usted bien, señor Hook?
HOOK, con esfuerzo:
No señor.
EL FISCAL.
¿Diría que está en condiciones de reconocer a alguien sin lugar a dudas?
HOOK.
No.
EL FISCAL.
¿Reconoce, por ejemplo, a aquel hombre de allí?
Señala a Giri.
HOOK.
No.
EL FISCAL.
¿Podría decir si lo ha visto alguna vez?
HOOK.
No.
EL FISCAL.
Y ahora una pregunta muy importante, señor Hook. Piénselo bien antes de responder. La pregunta es: ¿linda su almacén con los terrenos de la antigua naviera Sheet?
HOOK, tras un pausa:  
No.
EL FISCAL.
Eso es todo.
Oscuridad. El órgano sigue tocando.
   _  

De 11 (p96)

Hitler RöhmPistoleros

Cochera. Noche. Se oye llover. Ernesto Roma y el joven Inna, Al fondo, pistoleros.

INNA.
Es la una.
ROMA.
Lo habrán entretenido.
INNA.
¿Podría ser que vacilara?
ROMA.
Podría ser.
Arturo quiere tanto a los suyos
Que prefiere sacrificarse antes que ellos.
Ni siquiera es capaz de eliminar a ratas
Como Giri y Givolà. Por eso remolonea
Luchando consigo mismo, y puede tardar dos horas,
Quizás tres. Pero vendrá. Eso está claro.
Lo conozco, Inna. Pausa. Cuando vea a ese Giri
En el suelo, me sentiré tan bien como
Si hubiera orinado. Y eso será pronto.
INNA.
Estas noches lluviosas
Atacan los nervios.
Roma Inna GerryGoodsteinROMA.
Por eso me gustan.
De las noches, las más negras.
De los coches, lo más veloces.
Y de los amigos, los más
Audaces.
INNA.
¿Cuántos años ya
Que lo conoces?
ROMA.
Unos dieciocho.
UN PISTOLERO, adelantándose:
Los muchachos quieren algo de beber.
ROMA.
No.
Esta noche los quiero serenos.
  
      Los guardaespaldas traen a un hombrecillo.
UN HOMBRECILLO, sin aliento:
¡Se va a armar jaleo!
¡Dos coches blindados ante la comisaría!
¡Y están repletos de polis!
ROMA.
¡Bajad esa persiana!
No tienen nada que ver con nosotros, pero
Más vale prevenir que curar.
 
      Bajan lentamente la persiana de acero de la puerta de la cochera.
ROMA.
¿Está libre el paso?
INNA, asiente:
Es curioso el tabaco. El que fuma parece tranquilo.
Y si se hace lo que hace el que está tranquilo
Y se fuma, se tranquiliza uno.
ROMA, sonriendo:
¡Extiende la mano!
INNA, lo hace:
Me tiembla. Malo.
ROMA.
Eso no es malo.
Los bueyes no me gustan. Son insensibles.
Nada les hace daño, ni hacen daño a nadie.
Eso no es serio. ¡Tiembla sin miedo! También la aguja
De acero de la brújula tiembla antes de
Detenerse. Tu mano quiere saber dónde
Está el norte. Eso es todo.
UNA VOZ, desde un costado:
¡Un coche
De policía por Churchstreet!
ROMA, cortante:
¿Se han detenido?
LA VOZ.
¡Siguen adelante.
UN PISTOLERO, entrando:
¡Dos coches doblan la esquina con las luces apagadas!
ROMA.
¡Van contra Arturo! Givolà y Giri quieren
Liquidarlo! ¡Y el corre a ciegas hacia la trampa!
¡Vamos a su encuentro, vamos!
UN PISTOLERO.
Es un suicidio.
ROMA.
Aunque lo fuera, hora es ya de suicidarse.
¡Dios! ¡Dieciocho años de amistad!
INNA, con voz clara:
¡Levantad la persiana!
¿Tenéis lista la chatarra?
UN PISTOLERO.
¡Lista!
INNA.
¡Arriba!
 
      La persiana blindada sube lentamente y entran con paso rápido Ui y Givolà seguidos de guardaespaldas.
ROMA.
¡Arturo!
INNA, en voz baja:
Sí ¡con Givolà!
ROMA.
¿Qué pasa?
Hemos sudado sangre por ti, Arturo. Se ríe fuerte ¡Diablos!
¿Todo está bien?
UI, roncamente:
¿Y por qué no iba a estar bien?
INNA.
Pensamos que algo había salido mal. Le puedes dar
La mano tranquilamente, jefe. Estaba a punto de meternos.
En un jaleo por ti ¿No es verdad?

 
Ui se acerca a Roma y le tiende la mano. Roma se la estrecha riendo. En ese momento, cuando le sería imposible echar mano a su pistola, Givolà, disparando desde la cadera, le fulmina.
UI.
¡Llevadlos a ese rincón!
 
      Los hombres de Roma, desconcertados, son empujados a un rincón, con Inna a la cabeza. Givolà se inclina sobre Roma, que yace en el suelo.
GIVOLÀ.
¡Todavía resuella!
UI.
¡Remátalo!
 TheGansterEspectacle

De 14 (p117)

Dormitorio de Ui en el Hotel Mammoth. Ui se revuelve en la cama, en medio de una pesadilla. Sentado en sillas, con las pistolas en el regazo, los guardaespaldas.

UI, roncamente:
¡Atrás, sombra sangrienta! ¡Piedad! ¡Vete!
  
      La pared que hay detrás de él se vuelve transparente. Aparece el fantasma de Ernesto Roma, con un agujero de bala en la frente.
ROMA.
Y todo esto no servirá de nada. Todas estas
Matanzas, asesinatos, amenazas y salivazos.
Todo será en vano. Arturo, Porque la raíz
De tus crímenes está podrida. Y no florecerá.
La traición es un mal abono. ¡Degüella, miente!
Engaña a Clark y asesina a los Dullfeer
¡Pero detente ante los tuyos! ¡Conspira contra
EL mundo, pero respeta a los conspiradores!
¡Aplástalo todo con tus pies, desgraciado,
Pero no tus propios pies!
¡Miente a todos a la cara, pero no esperes
Mentir a tu propia cara en el espejo!
Te heriste a ti cuando me heriste, Arturo
Yo te era afecto, cuando tú eres sólo
Una sombra en una cervecería.
Ahora estoy en esta desolado eternidad
Y tú te sientas a la mesa de los grandes señores.
La traición te encumbró y la traición te hundirá
También. Igual que me traicionaste a mí,
Amigo y lugarteniente, traicionarás a todos.
Y de la misma forma, Arturo, todos
Te traicionarán a ti. La verde tierra cubre
a Ernesto Roma, mas no tu deslealtad.
Ésa flota en el viento entre las tumbas
Visible para todos, también los sepultureros.
El día llegará en que todos los que
Tú mataste se alzarán, y se levantarán también
Los que no has matado aún. Y marcharán
Contra ti, Arturo, un mundo sangrante,
Pero cargado de odio, en el que estás solo
Buscando ayuda a tu alrededor. Porque, sábelo:
Así estuve yo también. ¡Así estuve también!
¡Entonces, ruega y amenaza, maldice y promete!
¡Nadie te escuchará! Como nadie me escuchó.
UI, encolerizado:
¡Disparad! ¡Alto! ¡Traidor! ¡Qué horrible!

      Los guardaespaldas disparan contra el lugar de pared señalado por Ui.
 
ROMA, desvaneciéndose:
¡Disparad! Lo que queda de mi es a prueba de bala.
 ...

Cuadro cronológico.

1. 1929-1932. La crisis mundial afecta a Alemania muy especialmente. En el momento más agudo de la crisis, los junkers prusianos tratan de conseguir préstamos del Estado, aunque durante mucho tiempo sin éxito. Los magnates de la industria pesada del Rin sueñan con la expansión.

2. Para interesar a Hindenburg, Presidente del Reich, por las dificultades de los terratenientes, Los junkers le regalan una finca.

3. En el otoño de 1932, el Partido y la milicia privada de Adolf Hitler están al borde de la bancarrota y amenazados de disolución. Desesperado, Hitler se esfuerza por llegar al poder, pero durante mucho tiempo no consigue ser recibido por Hindenburg.

4. En enero de 1933, Hindenburg hace a Hitler Canciller del Reich, a cambio de su promesa de evitar que se descubra el inminente escándalo de la ayuda al Este, en el que el propio Presidente del Reich está mezclado.

5. Hitler, después de llegar al poder por medios legales, sorprende a su algo bienhechor con medidas violentas, pero cumple sus promesas.

6. El jefe de banda se transforma en hombre de Estado. Se dice que recibe clases de declamación y gesticulación de Basil, un actor de provincias.

7. En febrero de 1933 se incendia el edificio del Reichstag. Hitler acusa del incendio a sus adversarios y da la señal para la «Noche de los cuchillos largos».

8. En un proceso, el Tribunal del Reich condena a muerte por el incendio, en Leipzig, a un desconocido, Los verdaderos incendiarios quedan libres. Desde ese momento, la Justicia alemana trabaja para Hitler.

9 y 10. La muerte inminente del viejo Hindenburg desencadena luchas enconadas en el campo nazi. Los junkers y los industriales insisten en la necesidad de eliminar a Ernst Röhm. La ocupación de Austria esta decidida.

11. En la noche del 30 de Junio de 1934, Hitler asesina a su amigo Röhm en un hotel, en donde este lo esperaba para dar un golpe de Estado contra Hindenburg y Göring.

12. Coaccionado, Engelber Dollfuss, Canciller de Austria, acepta poner fin a los ataques contra Hitler en la prensa austriaca.

14. (15 en el libro) La invasión de Austria encabeza otras invasiones en Europa. Le siguen Checoslovaquia, Polonia, Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Francia, Rumanía, etc.

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