Entrada décima (Historia fallida de Gustavo):
Si yo a usted le permitiera –que lo haría, si supiera cómo- que nos contara alguna circunstancia en su vida en la que le ocurrió algo que a primera vista parecía pueril o secundario y que, sin embargo, usted lo reconoció a la postre como una clave precisa que vaticinaba un acontecimiento posterior esencial para usted y que, de haberlo sabido interpretar, le hubiese precavido o de algún modo, o que hubiera conseguir disminuir o desviar el impacto producido, estoy seguro que nos llenaría esta décima entrada de jugosos o aleccionadores o terribles o regocijantes ejemplos. Por lo que, por esta vez, no me voy a sentir ni tan estrafalario ni tan solo por lo que aventuro en este capítulo.
Ir a Entradas anteriores publicadas: